Un pasado dificil de explicar

PARTE 5

-¿Pa... papá? - pregunto sorprendida - Él es... tú eres... somos...

-Familia - Dennis termina mi frase con una sonrisa.

De repente me veo envuelta en unos brazos, tardo en darme cuenta que son los de mi padre pero al final reacciono y yo también le abrazo.

-Isabella, mi niña pequeña - dice entre lágrimas mi padre.

-Papá, ya no es tan pequeña - dice Dennis entre risas mientras me guiña un ojo.

-Para mi siempre serás mi bebé - me dice el hombre con una sonrisa mirándome tiernamente.

Era obvio que él me quiere mucho, me cuesta creer que hubiera podido abandonarme. Estoy a punto de preguntarle porque se fue pero decido disfrutar del rencuentro antes de arruinar el momento con mis preguntas de desconfianza.

Papá nos invita a Dennis y a mí a los helados, después salimos de la heladería y nos dirigimos a un parque donde nos sentamos en un banco para hablar, es mi padre quien empieza a hacerme preguntas.

-Bueno hija, ¿Cómo te van las clases? ¿Sacas buenas notas?

Yo me limito a asentir con una sonrisa sin saber que más decir.

-Y le gusta un chico! - dice... mi hermano con una sonrisa.

-¡Dennis! – digo avergonzada y algo sonrojada.

-¿Un chico? ¿No eres muy pequeña para esas cosas? - me pregunta mi padre algo nervioso.

-No te preocupes, no me gusta nadie - contesto con una sonrisa, supongo que aun no tengo suficiente confianza en él como para decirle algo sobre Phineas - pero bueno, yo también tengo muchas preguntas ¿Cuál es tu nombre? - pregunto con curiosidad.

-Me llamo Juan - contesta - pero prefiero que me llames papá, me encanta como suena.

-¿Por qué... por qué os fuisteis? - pregunto volviendo la conversación mucho más seria.

-Verás hija... cuando tu naciste yo me había quedado sin trabajo y tu madre no cobraba suficiente dinero para mantenernos a los cuatro así que pensé que ella estaría mejor sin mí.

-Pero... ¿Por qué te llevaste también a Dennis?

-Eso... fue culpa mía - interviene mi hermano mayor - verás yo lo vi preparando sus cosas para irse así que mientras jugaba me metí entre su ropa. Cuando él se dio cuenta de que estaba allí ya nos habíamos ido lejos.

-Busqué un trabajo y cuando encontré algo realmente bueno que pudiera mantenernos a los cuatro volví pero ya os habíais ido de México - completa mi padre la historia.

-Os perdimos la pista - añade Dennis con tristeza.

-Desde entonces no hemos parado de buscaros y cuando supe que estabais aquí... cogimos el primer vuelo a Danville que pudimos pero cuando llegamos y fui a verte, tu madre estaba enfadada. Si tú no hubieras escuchado la conversación que tuve con ella seguramente ahora tú estarías lejos de aquí y nosotros buscándote de nuevo.

-No puedo creer que mamá haya sido capaz de alejarme de mi padre y de mi hermano - digo mirándolos con algo de tristeza.

-No culpes a mamá - dice Dennis - seguramente ella solo tenía miedo de que papá te llevara con él. Creo que sigue pensando que fue papá quien me obligó a fugarme de casa con él.

-Pues explicarle como ocurrió todo, seguro que ella lo entiende - digo con una sonrisa de esperanza.

-Lo he intentado, pero no quiere escucharme  - contesta papá negando con la cabeza.

Yo dirijo la mirada al suelo pensando en otra solución pero no se me ocurre ninguna así que se forma un extraño silencio entre los tres.

En ese momento papá mira su reloj y parece alterarse un poco.

-Vaya que tarde es. Chicos tengo que irme a hacer algo importante. Adiós Isa - se despide dándome un abrazo - Dennis cuida de tu hermana pequeña - le dice a mi hermano.

-Supongo que no necesitas que nadie te cuide - me dice Dennis con una sonrisa después de que nuestro padre ya se ha ido.

-No supongo que no. Oye Dennis... ¿tú recuerdas algo de cuando éramos pequeños? Ya sabes... cómo nos llevábamos, si eras amable conmigo o si nos peleábamos mucho... esas cosas.

Dennis sonríe y mira hacia el cielo como recordando aquella época.

-Cuando papá y yo nos fuimos yo apenas tenía cinco años así que casi no me acuerdo... pero recuerdo que intentabas ponerte de pie para seguirme corriendo y jugar conmigo pero nunca lo conseguías y acababas cayéndote, yo me reía y me burlaba de ti, me regañaban muchas veces por ello. Aun recuerdo las palabras de mamá: “¡No deberías de reírte de tu hermanita porque ella te admira mucho y solo quiere jugar contigo!” - añade imitando la voz de nuestra madre.

-¿Te reías de mí? - pregunto entre risas - que malo eras.

-La verdad era que tenía algo de envidia, parecía que toda la atención te la llevabas tú y a mi me medio ignoraban - dice manteniendo seguía sonriendo - pero a pesar de ello siempre te he querido mucho. Cuando te vi en la calle por primera vez, no te reconocí hasta que me dijiste tú nombre y entonces algo dentro de mí, me dijo que tú eras la Isabella que había estado buscando durante tanto tiempo, así que no pude evitar darte un abrazo.

Sonreír al recordar aquel abrazo, el abrazo de un desconocido que hizo que me sintiera mucho mejor.

-Me cansada estar sentada, vamos a dar una vuelta - digo sonriendo mientras me levanto del banco.

-Podemos... ir a tu casa, y también extraño mucho a mamá - me dice Dennis con una sonrisa.

-Sí, seguro que se pondrá muy contenta de verte después de tanto tiempo.

-Genial, entonces vamos hacia el coche.

-No, vamos a andar, creo que usas demasiado el auto - digo con una sonrisa mientras le cojo de la mano y empiezo a tirar de ella hacia el lado contrario del que se encuentra el coche.

El suspira y empieza a caminar lentamente y con algo de resistencia hacia donde yo tiro. Acabamos corriendo los dos juntos de la mano hacia casa mientras nos reíamos. Después de un rato corriendo descubro que es tan competitivo como yo así que empezamos un carrera hasta mi casa.

Acabamos en mi calle con la respiración agitada y bastante cansados ya que no hemos parado de correr.

-Bueno, ha estado empatado pero al final he conseguido ganarte - me dice sonriendo aun cansado.

-¿Cómo? Creo que estás equivocado, yo he llegado un segundo antes que tú - contesto mientras me siento en la calle agotada.

-Vamos, reconócelo has perdido.

-¡No he perdido!

Él me sonríe maliciosamente y empieza a hacerme cosquillas.

-Venga, dilo - dice Dennis sin parar de hacerme reír.

-No jajaja, vamos Dennis... para por favor jajaja.

Consigo escaparme con alguna dificultad y me alejo de él corriendo mientras me sigo riendo. Oigo sus pasos rápidos detrás de mí hasta que, como yo imaginaba, me acaba alcanzando dándome un abrazo por detrás.

Paro poco a poco de reírme, Dennis me suelta y nos quedamos mirándonos a los ojos.

-Siempre había sabido que el día que te encontrara sería de los más felices de mi vida pero no pude llegar a imaginar que sería tan increíble - me dice con una tierna sonrisa.

Yo también le sonrío.

-Dennis...

-Isabella - escucho como alguien me llama por detrás.

Me giro y allí veo a Phineas mirándonos.

-Phineas! Hola ¿qué estás haciendo? - pregunto con una sonrisa más feliz de lo normal.

-Yo solo había salido para pasear un rato.

-¿Tú eres Phineas?  Isabella me ha hablado mucho de ti. Es un placer conocerte - dice Dennis con una sonrisa.

-Y tú eres...

-Se llama Dennis - me meto en la conversación - No te lo vas a creer, él es...

-Un buen amigo - me interrumpe Dennis mientras me pasa un brazo por el hombro y me acerca un poco a él.

Ese gesto me extraña, ¿Por qué no quiere que Phineas sepa que somos hermanos? Bueno, no sé porque pero decido seguirle el juego.

-Sí, lo conocí hace un par de días pero siento como si fuer alguien muy especial - contesto con una sonrisa

Miro a Phineas quien está serio y algo molesto. Está... ¡¿Celoso?!

-Oye Isabella, supongo que querrás estar un rato con Phineas, así que te espero dentro de tu casa, nos vemos luego.

Después de eso Dennis me da un beso en la frente y yo le dedico una sonrisa. Él se dirige hacia mi casa de la que nos habíamos alejado un par de pasos cuando yo había huido de sus cosquillas.

Así nos quedamos Phineas y yo solos en la calle.